lunes, 29 de junio de 2009

Crónica de Burgos

Llega, un día más, los comentarios del día después, para hacer balance de experiencias e impresiones, y parece que después de la odisea climatológica tenemos hoy mucho de lo que hablar.

La verdad es que por la mañana, cuando salimos de casa, nadie podía presagiar lo que vendría después. El radiante sol mañanero y el calor de un ya entrado verano se prolongó durante toda la mañana y parte de la tarde, recibiéndonos incluso a nuestra llegada a Burgos, y amenizando las primeras cañas por las fiestas de San Pedro y San Pablo. No fue hasta la hora de comenzar las pruebas de sonido cuando comenzaron a caer las primeras gotas, tímidas.

Tuvimos que esperar algún rato a que las amenazadoras nubes que repentinamente cubrían el ahora grisáceo cielo pasaran. Un inquietante chispeo que retrasó mucho el comienzo de la pruebas. Sin embargo, cuando parecía que la cosa no iba a más y empezamos a montar los equipos, comenzó la lluvia. Equipados con plásticos y bolsas de basura todo el mundo se apresuraba a tapar los equipos electrónicos de luz y sonido. Tormenta veraniega, breve pero intensa. Tras diez minutos el goteo cesa, el cielo empieza a clarear. De acuerdo, todos arriba, fuera plásticos y seguimos.



Sin embargo, tras unos minutos el cielo vuelve a descargar. Son pocas gotas, pero suficientes para estropear cualquier equipo y, lo que es peor, provocar algún accidente. Hay que volver a parar. La historia se repite...al rato para, subimos, llueve, bajamos, para, subimos... Plásticos van y vienen. Las esperanzas de que pare decrecen...Llega la hora oficial de empezar a tocar y apenas hay sonorizados un par de timbales de la batería. Los ánimos estan por los suelos. Sin embargo, no se puede perder la esperanza. Después de venir hasta esta ciudad, resulta dificil volverse con la miel en los labios tras haber montado los equipos en un escenario semejante, a los pies de la espectacular catedral.


Tras una reunión de urgencia con los responsables del ayuntamiento, se decide cambiar el horario, probar sonido hasta que comiencen los fuegos artificiales (23:30) y comenzar a partir de que acaben, recortando algo el repertorio. Sin embargo, parece que la lluvia sigue con su intermitencia.


Finalmente, cuando parecía que nos teníamos que ir al bar a beber para olvidar, un último ápice de esperanza nos hace subir a las tablas. La idea era enchufarse y tocar uno o dos temas, lo que la meteorología permita. Subir, enchufar, comprobar que llega a la mesa la señal de todos los instrumentos a modo de improvisada y fugaz prueba de sonido y ya comenzaban a sonar las primeras notas de Melomanía. Tímido en un principio, hasta que los técnicos ajustan los parametros.

Sin embargo, según se fue perfilando la ecualización y niveles, el grupo comenzaba a coger fuerza sobre el escenario, y las antes molestas nubes huían despavoridas. Intimidadas por el ciclón Mares y los acordes del Como Duele, Superyo o Pongamos que Hablo de Madrid. Lo que antes era un negro cielo amenazador es ahora el estrellado techo de una noche fantástica. El show no ha hecho más que comenzar.

Poco a poco, la plaza de Llana de Afuera iba llenándose. La gente, que en principio estaba de paso, iba interesándose por el concierto y agolpandose alrededor del escenario. Pronto, la plaza era un mosaico de gente de todas las edades disfrutando de algo de buena música. Sedientos de más, algunos animosos pedían más temas a grito pelado. A la gente le encanta y hay quien incluso corea los temas de la maqueta que ha escuchado en myspace. Con el ya mítico Medley y el bis de rigor se suceden las peticiones de saludos, púas y baquetas. Lo que había comenzado como un desastre es ahora un éxito, y nosostros no podemos estar más contentos. En cuanto nos lleguen algunas fotos prometemos compartirlas con todos vosotros.

Por supuesto, no fue para menos el post-concierto, con celebración por todo lo alto en algunos bares de la misma plaza, a ritmo de música de lo más variada, de death metal a folklore castellano. Con la llegada del amanecer tocaba ya recogerse y descansar lo máximo posible para poder volver en condiciones a Madrid.

Manu disfrutando con los cánticos locales (¡Burgalesa Burgalesa!)

Como conclusión, podemos decir que ha sido un enorme placer tocar en Burgos, la gente se ha portado con nosotros de manera espectacular y hemos estado como en casa, o mejor si cabe. No podemos, así, dejar de agradecer a toda la gente que ha hecho posible el evento, al Ayuntamiento de Burgos y los organizadores. También hay que mencionar a los técnicos, que con su paciencia y su pericia permitieron que todo terminara con final feliz, arriesgando incluso el material y sonorizando en tiempo récord. Por supuesto, agradecer también a Mistweaver, con quienes compartimos escenario, por dejarnos parte del equipo. Agradecer en especial a aquellos que, viniendo desde Madrid, estuvieron con nosotros al pie del cañón cuando parecía que el barco se iba a pique, y a todos los burgaleses que se quedaron en la Llana a vernos. Y por supuesto a todos vosotros, asistentes o no, por el apoyo diario que nos hace seguir luchando.

Gracias, una y mil veces, por hacer que todo esto sea posible.
Pronto volveremos con más acción y conciertos. Saludos y a morir matando!

PD: No os olvidéis de dejarnos vuestras opiniones en forma de comentarios, y de enviarnos las fotos, tanto del concierto como del resto al correo electrónico: marespop@gmail.com. Salud!

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